El otro día charlando sobre las elecciones que tenemos en mayo, un amigo me hizo ver una cuestión interesante: “Estas elecciones son un regalo de Ayuso, estoy muy contento con que haya elecciones”, me dijo. Al principio me pareció una afirmación extraña, pero con su explicación entendí que efectivamente son un regalo; y los regalos ni se tiran, ni se regalan.
Son un regalo, porque todavía teníamos por delante dos años de gobierno del Partido Popular, Ciudadanos y Vox. Un gobierno que se ha caracterizado por no gobernar.
Que solo ha aprobado una ley, la del suelo, que es un paso atrás en cuanto a control y transparencia en las licencias urbanísticas, la especialidad de la derecha. Un gobierno que ha sido incapaz de aprobar unos presupuestos en dos años. Un gobierno incapaz de dar ayudas a la hostelería mientras les utilizaba para excusa de su falta de control sobre la pandemia. Que ha cerrado los centros de salud para llevar el personal a un hospital construido sin trabajadores ni trabajadoras. Un gobierno en el que vox ha conseguido alejar a sus socios del constitucionalismo que preconizan con absurdas e injustas retiradas de nombres de calles, placas conmemorativas y murales en las paredes. Cuando más les necesitaba la ciudadanía, Partido Popular y Ciudadanos, han estado más preocupados de cómo les iba a ellos, que de cómo le iba a la ciudadanía de Madrid. Y este precisamente es el regalo, ahora podemos cambiar este gobierno.
Pero es que, pasados los primeros días de campaña electoral, el regalo es mayor. Vox se ha quitado la careta negándose, no solo a condenar explícitamente las amenazas recibidas por importantes cargos públicos de nuestro país, sino que además alimenta la duda sobre la veracidad de esas amenazas, lo que convierte a las víctimas en culpables y además sirve de caldo de cultivo para alimentar más el odio. Vox no ofrece soluciones políticas a los problemas de los madrileños, en todas sus intervenciones se limitan a señalar a inocentes como culpables: los menores inmigrantes, las instituciones políticas, los políticos, las mujeres, etc… en definitiva, su programa electoral es la destrucción de la democracia y solo ofrecen odio.
Por otro lado, el Partido Popular tampoco ofrece nada en sus actos de campaña. Su única obsesión es echar a Pedro Sánchez de la Moncloa, todo en la campaña del Partido Popular es hablar de Sánchez. Y en el colmo de la política espectáculo, la señora Ayuso nos envía a casa una carta donde no hay compromisos, no hay medidas para paliar la pandemia, no hay propuestas para mejorar la situación económica de los madrileños. No hay más que la palabra libertad. El Partido Popular ha adelantado unas elecciones por mero cálculo electoral pero no tiene nada nuevo que ofrecer a los madrileños y madrileñas más que lo que hemos visto durante tantos años: precarización de servicios públicos, crecimiento de las desigualdades y enfrentamiento con el Gobierno central. Y lo peor es que ahora están más cerca de hacer público lo que negaron hace dos años. Un pacto con VOX para evitar el gobierno de Ángel Gabilondo.
Por eso es importante que todos los votos progresistas lleguen a las urnas el 4 de mayo y por eso es importante la apuesta por la moderación, la seriedad y el rigor que hacemos desde el Partido Socialista. Ángel Gabilondo y el equipo que hay detrás, son la oportunidad de hacer que este regalo sea un buen regalo. Ángel Gabilondo es el único candidato que puede ofrecer una garantía de consenso en una situación de tanta crispación como hay hoy en Madrid. Crispación alimentada por los que saben que así desaniman a la ciudadanía a participar con su voto.
No caigas en el pesimismo de pensar que está todo perdido, que votar no sirve para nada, que todos son iguales. El 4 de mayo vota por tus convicciones, vota por unos servicios públicos de calidad, por la educación de nuestros hijos e hijas, por la salud de todos y todas. Aprovechemos este regalo, hazlo por Madrid.
Rubén Moris Arellano
Secretario General del PSOE de Tres Cantos